Nuestros pies soportan el peso de nuestro cuerpo. Ellos reflejan la forma en que nos posicionamos en la vida y la manera en que caminamos por ella. Nuestros pies son un reflejo de nuestro cuerpo. Tienen diferente tamaño y forma, y también diferente flexibilidad, temperatura, marcas, estructura del tejido, color y zonas sensibles. Con toda esta información podemos ver no sólo los desequilibrios del cuerpo, sino también los desequilibrios que conforman nuestro ser más allá de nuestro cuerpo: Nuestras emociones, nuestra forma de pensar, nuestra forma de reaccionar ante las distintas situaciones de la vida.
Esto permite al profesional ver y describir una imagen global del estado del cliente. Este es, a su vez, nuestro punto de partida para llevar a cabo un aprendizaje enfocado y exitoso.